La selección en la pirámide genética determina obtener hembras que mostrarán índices reproductivos rentables desde la presentación del ciclo estral.
Las primerizas deben pasar por un proceso de aclimatación desde su selección interna o externa, una evaluación corporal estricta en diferentes etapas (70, 90, 100, 120 y 130 kgrs) además de incorporar un macho adulto en cada etapa para lograr un desarrollo y madurez precoz del aparato reproductor.